domingo, 4 de noviembre de 2012

Castañas y más castañas


Cuando menos quieres apegarte a alguien, más lo haces. Es una de las necesidades del ser humano. Cuando más independiente quieres ser, más dependiente eres. ¿Independiente con tendencia a depender? Cuando quieres ser frío, no lo consigues. Todo del revés.

Empieza la casa por el tejado, luego los cimientos, y verás como todo se desmorona, todo se cae a cachos. Empieza por los cimientos y acaba por el tejado. No ocurre nada. Monotonía. ¿Significa eso que todo va bien? Obviamente, no. 
Es decisión de cada uno vivir con una casa hecha trizas y sin preocupaciones o vivir en una bonita casa pero muerto por dentro. Vivir siendo independiente, con tendencia a depender (¡pero solo un poco!) o depender totalmente. Yo me quedo con lo primero: prefiero tener una casa que se caiga a cachos y ser independiente. El hogar está donde estén mis pies. No sé donde acabaré, a lo mejor echo raíces y me quedo aquí (esperemos que no). ¿Sacarme las castañas del fuego? Creo que yo sola puedo, gracias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario