martes, 12 de febrero de 2013

Una sombra en la noche


Una ciudad de leyenda, por donde la niebla
como una serpiente repta. 
El cielo a menudo llora por la tristeza que evoca. 
Almas en pena por doquier, 
vagan entre callejuelas sin ningún destino.

En la oscuridad, una sombra. 
En la noche, un destello.
 El miedo y el terror es su mensaje.
 La caricia de la Luna, su firma. 
Entre calles las buscaba y en ellas las encontraba. 
Almas vendidas al placer.

Un señor en la vida, un maestro en la muerte.
Las busca sin demora y a él, ellas vienen. 
Con la primera, no hubo duda y su aliento sentenció.
Con paciencia y destreza, su labor acabó.

En su mirada no hay locura, 
sino una gran compasión. 
Su pulso es firme y su trabajo magnifico. 
Sus almas extrae y tan solo vacíos cascarones deja.
Nadie lo ve, nadie lo oye.

Escarlata liberada. Sin castigo ni condena,
no hay prisión para una sombra
Tal vez cinco,tal vez siete, nadie sabe consigo cuantas almas se llevó. 
Ahora y por siempre, un susurro nada más.

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